Ecologistas en Acción de Extremadura manifiesta su indignación ante las falsedades y medias verdades emitidas por el portavoz de la central nuclear de Almaraz, Pedro Ayala, el 1 de septiembre y que han aparecido reflejadas en algunos medios de comunicación.
Descalificamos los supuestos informes a que se refiere el portavoz y que supuestamente avalarían la seguridad de la planta, ya que han sido realizados por un organismo financiado entre otros por la propia central nuclear de Almaraz, siendo más que dudosa su imparcialidad.
Las averías e incidentes que ha sufrido la planta como los acaecidos en 2003 y que aparecen reflejadas en el informe anual del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), no son en absoluto triviales, como pretende hacer creer la central a los ciudadanos, ya que han afectado a elementos esenciales de su seguridad, como el suministro eléctrico imprescindible para controlar el proceso de fisión nuclear, la refrigeración del reactor o los sistemas de seguridad.
Reccordamos que los graves problemas de seguridad que ha sufrido esta central, a lo largo de su historia, han obligado a sustituir la tapa del reactor, a cambiar los 6 generadores de vapor porque se rebasaban los niveles de emisión de sustancias radioactivas legalmente permitidos... y un sin fin de reparaciones, que no son más que un parcheado de una central nuclear que presenta graves problemas de diseño, como demostró el accidente en una planta similar de Harrisburg (EE UU).
Para Ecologistas en Acción de Extremadura pese a lo que digan los directivos de la central, el deterioro de las instalaciones es más que notable, como demuestran el gran número de incidentes y paradas no programadas que sufre, y que se están incrementando de forma notable, pese a los intentos de la dirección de la central nuclear de la planta de evitarlos, para aumentar sus beneficios económicos poniendo en peligro la seguridad de todos.
Además, la central nuclear intenta ocultar y minimizar los incidentes o problemas de funcionamiento que sufre. Una prueba clara de ello es la sanción que le impuso el CSN a la planta por ocultar durante más de 7 meses graves insuficiencias en su sistema de refrigeración y aumento de la temperatura del agua por encima de los niveles admisibles, que ha ocasionado en varias ocasiones mortandad de peces y aves en el embalse de Arrocampo. En concreto, en Febrero de 1999 la central detectó estos problemas y no los comunicó hasta el 12 de noviembre de ese año.
Los responsables de la central también mintieron al decir que el incendio de un generador diesel el 3 de mayo de 2003 carecía de importancia, y se solucionaría en escasos días, ya que es vital para poder garantizar la seguridad de la planta si se sufría un accidente como el acaecido el 15 de Octubre de 2003, cuando un rayo provocó falta de suministro eléctrico. De haber coincidido los 2 accidentes en el tiempo las consecuencias hubiesen sido catastróficas (de hecho el día 15 de octubre se disparó la alarma de evacuación de los trabajadores de la central nuclear).
Desde Ecologistas en Acción de Extremadura reclamamos el cierre urgente de esta central nuclear, y pedimos al CSN y al gobierno que revise la autorización de funcionamiento que tiene la planta hasta el 2010, y que velen por los intereses de la mayoría de los ciudadanos que quieren el cierre de las centrales nucleares, iniciando su proceso de desmantelamiento lo antes posible, para evitar que tengamos que lamentar males mayores.
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