Ecologistas Extremadura ha criticado al Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Extremadura por las, a su entender, vergonzosas declaraciones sobre dos de las amenazas ambientales más graves que se ciernen sobre nuestra tierra, la Refinería Balboa y sobre la Central Nuclear de Almaraz.
La primera, aún un proyecto en espera de una declaración ambiental por parte del Gobierno Central que lleva esperando el comienzo de su construcción unos seis años desde que se presentó el proyecto a bombo y platillo desde las filas del PSOE Extremeño, como si fuera un proyecto suyo más que del empresario Gallardo.
Realmente, opinan desde este colectivo, deben pensar que casi lo es, pues un buen montante económico procederá (en torno al 20%), si finalmente se pone en marcha, de dineros públicos controlados y gestionados por este partido, pero que proceden de los bolsillos de los extremeños, no del PSOE. Sin embargo la fortísima oposición ciudadana y, realmente, la inviabilidad del proyecto, ha hecho que los trámites ambientales estén sufriendo un enorme parón.
Es evidente que no habrá agua suficiente desde un embalse (el de Alange) que aún en años tan lluviosos como este difícilmente tiene agua para abastecer a las poblaciones de los alrededores y los regadíos de las Vegas Bajas del Guadiana, para lo que fue construído, y para apoyar al canal que vendría desde el Embalse de la Serena. Tampoco el río Guadajira (que soporta ya la contaminación de las industrias de Almendralejo) tiene capacidad ni caudal para soportar los efluentes líquidos de una industria de ese tamaño. Además esa contaminación acabaría llegando al río Guadiana (uno de las cuencas con peores valores de calidad de agua de nuestro país, según el último Informe de la Sostenibilidad en España –publicado en 2009-). La asociación ecologista cree que ciertamente, la Junta de Extremadura debería velar por mejorar estos resultados y no por empeorarlos.
La presión que ejerce el PSOE extremeño roza con la prevaricación, igual que la circunstancia de que la misma administración que está presionando para que se emita la declaración de impacto ambiental (positiva, aunque esto en la última nota de prensa no lo han dicho claramente como en otras ocasiones), sea la misma que tiene que emitir la Declaración de Impacto Ambiental Integrada. Hay que señalar que aunque realmente estos hechos no contraviene ninguna norma legal, si que es una evidente deslealtad para con los ciudadanos. ¿Qué tipo de control van a hacer a un empresario que a la postre es socio, amigo y familiar del PSOE y algunos miembros destacados de este partido?.
A juicio de esta asociación ecologista lo ideal es que este proyecto fuera "juzgado" medioambientalmente por técnicos y especialistas imparciales y no por los más afines al poder político. En este sentido hacen un llamamiento a la profesionalidad y honestidad de los funcionarios de las administraciones que deben emitir estas declaraciones de impacto, para que no se dejen llevar por la presión y piensen realmente si existen amenazas insalvables sobre el medioambiente del amplio territorio que se verá afectado por este macroproyecto; desde las costas de Huelva, pasando por el entorno del Parque Nacional de Doñana, por los Parques Naturales del Norte de Andalucía, y continuando con la forma de vida de Tierra de Barros, sus magníficos productos agrícolas y terminando con el daño más que seguro sobre la población más cercana debido a las emisiones de gases tóxicos. También, dado que es un anuncio de lo que pretenden aprobar en la asamblea, piden a los diputados un ejercicio de lealtad y honestidad con la ciudadanía para que no aprueben estas dos peticiones y que dejen trabajar a los técnicos que estén estudiando el proyecto sin presión.
En relación a la continuidad del funcionamiento de la central nuclear de Almaraz, Ecologistas Extremadura cree que el PSOE continúa traicionando a sus votantes y a sus propios afiliados, incumpliendo su compromiso previo de cerrar la central nuclear de Almaraz en 2010, dado que están seguros que un amplio porcentaje no están de acuerdo con esta apuesta por las industrias sucias y tan peligrosas como una central nuclear. Como bien dijo el presidente Fernández Vara, nuestra comunidad ya ha sido suficientemente solidaria con el resto del estado. No hay razón para prolongar esta amenaza que con el paso del tiempo, y con el cumplimiento de la vida "segura" prevista para la central, cada vez se hace más peligrosa, más cierta. Las averías en esta instalación nuclear cada vez se hacen más frecuentes, como sucedería con un vehículo con muchos años. Es algo evidente, el problema es que en su caso el coche dejaría de funcionar, sin embargo el problema de una avería grave en la central sería catastrófico.
Consideran que los políticos extremeños sin duda lo saben, no hay más que mirar el simulacro de una catástrofe que implicaría a Almaraz que han anunciado para próximas fechas. La mejor solución, opinan, para evitar esa amenaza tan real es parar esa industria cuando se cumpla su periodo de vida útil. ¿De qué servirá la contribución con la hacienda extremeña si sufrimos un accidente tan grave e imprevisible?
La primera, aún un proyecto en espera de una declaración ambiental por parte del Gobierno Central que lleva esperando el comienzo de su construcción unos seis años desde que se presentó el proyecto a bombo y platillo desde las filas del PSOE Extremeño, como si fuera un proyecto suyo más que del empresario Gallardo.
Realmente, opinan desde este colectivo, deben pensar que casi lo es, pues un buen montante económico procederá (en torno al 20%), si finalmente se pone en marcha, de dineros públicos controlados y gestionados por este partido, pero que proceden de los bolsillos de los extremeños, no del PSOE. Sin embargo la fortísima oposición ciudadana y, realmente, la inviabilidad del proyecto, ha hecho que los trámites ambientales estén sufriendo un enorme parón.
Es evidente que no habrá agua suficiente desde un embalse (el de Alange) que aún en años tan lluviosos como este difícilmente tiene agua para abastecer a las poblaciones de los alrededores y los regadíos de las Vegas Bajas del Guadiana, para lo que fue construído, y para apoyar al canal que vendría desde el Embalse de la Serena. Tampoco el río Guadajira (que soporta ya la contaminación de las industrias de Almendralejo) tiene capacidad ni caudal para soportar los efluentes líquidos de una industria de ese tamaño. Además esa contaminación acabaría llegando al río Guadiana (uno de las cuencas con peores valores de calidad de agua de nuestro país, según el último Informe de la Sostenibilidad en España –publicado en 2009-). La asociación ecologista cree que ciertamente, la Junta de Extremadura debería velar por mejorar estos resultados y no por empeorarlos.
La presión que ejerce el PSOE extremeño roza con la prevaricación, igual que la circunstancia de que la misma administración que está presionando para que se emita la declaración de impacto ambiental (positiva, aunque esto en la última nota de prensa no lo han dicho claramente como en otras ocasiones), sea la misma que tiene que emitir la Declaración de Impacto Ambiental Integrada. Hay que señalar que aunque realmente estos hechos no contraviene ninguna norma legal, si que es una evidente deslealtad para con los ciudadanos. ¿Qué tipo de control van a hacer a un empresario que a la postre es socio, amigo y familiar del PSOE y algunos miembros destacados de este partido?.
A juicio de esta asociación ecologista lo ideal es que este proyecto fuera "juzgado" medioambientalmente por técnicos y especialistas imparciales y no por los más afines al poder político. En este sentido hacen un llamamiento a la profesionalidad y honestidad de los funcionarios de las administraciones que deben emitir estas declaraciones de impacto, para que no se dejen llevar por la presión y piensen realmente si existen amenazas insalvables sobre el medioambiente del amplio territorio que se verá afectado por este macroproyecto; desde las costas de Huelva, pasando por el entorno del Parque Nacional de Doñana, por los Parques Naturales del Norte de Andalucía, y continuando con la forma de vida de Tierra de Barros, sus magníficos productos agrícolas y terminando con el daño más que seguro sobre la población más cercana debido a las emisiones de gases tóxicos. También, dado que es un anuncio de lo que pretenden aprobar en la asamblea, piden a los diputados un ejercicio de lealtad y honestidad con la ciudadanía para que no aprueben estas dos peticiones y que dejen trabajar a los técnicos que estén estudiando el proyecto sin presión.
En relación a la continuidad del funcionamiento de la central nuclear de Almaraz, Ecologistas Extremadura cree que el PSOE continúa traicionando a sus votantes y a sus propios afiliados, incumpliendo su compromiso previo de cerrar la central nuclear de Almaraz en 2010, dado que están seguros que un amplio porcentaje no están de acuerdo con esta apuesta por las industrias sucias y tan peligrosas como una central nuclear. Como bien dijo el presidente Fernández Vara, nuestra comunidad ya ha sido suficientemente solidaria con el resto del estado. No hay razón para prolongar esta amenaza que con el paso del tiempo, y con el cumplimiento de la vida "segura" prevista para la central, cada vez se hace más peligrosa, más cierta. Las averías en esta instalación nuclear cada vez se hacen más frecuentes, como sucedería con un vehículo con muchos años. Es algo evidente, el problema es que en su caso el coche dejaría de funcionar, sin embargo el problema de una avería grave en la central sería catastrófico.
Consideran que los políticos extremeños sin duda lo saben, no hay más que mirar el simulacro de una catástrofe que implicaría a Almaraz que han anunciado para próximas fechas. La mejor solución, opinan, para evitar esa amenaza tan real es parar esa industria cuando se cumpla su periodo de vida útil. ¿De qué servirá la contribución con la hacienda extremeña si sufrimos un accidente tan grave e imprevisible?
Están cargándose el PSOE y de paso Extremadura
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