La asociación conservacionista extremeña manifiesta su pública oposición a que se ubique un cementerio de residuos radiactivos en la localidad extremeña de Albalá.
Los ecologistas fundamentan su rechazo en las negativas repercusiones que tendría el albergar una instalación de semejantes características, máxime cuando estamos asistiendo casi a diario a sucesos e incidentes que no hacen sino confirmar la peligrosidad tanto de las centrales como de los residuos generados en ellas, cuya longevidad constituye el autentico talón de Aquiles de la industria nuclear.
Por lo que respecta a la comarca de Montánchez, la decisión de almacenar en ella toda la basura nuclear generada en España daría al traste con el trabajo que durante muchos años han venido desarrollando tanto asociaciones como mancomunidades en pro del desarrollo turístico de la zona. Asimismo, ni qué decir tiene que los productos con origen en la zona de influencia del almacén serían relegados o ignorados en las cadenas de intermediación para su comercialización, provocando así una importante caída del empleo al no encontrar salida en el mercado.
Por otro lado, se produciría en la zona una canalización de toda la actividad laboral enfocada a dicha instalación, la cual no crearía todos los puestos de trabajo que se prometen, pues una vez finalizada la construcción sería necesaria una mano de obra escasa y especializada que, lógicamente, no sería posible encontrar en la zona.
Por todo ello, Ecologistas Extremadura se suma a la petición hecha por diferentes asociaciones a nivel nacional en el sentido de que antes de encarar el destino definitivo de los residuos radiactivos es preciso diseñar un calendario de cierre escalonado de las inseguras centrales nucleares españolas.
En este sentido, consideran prioritario el cierre de la central nuclear de Almaraz, que en los últimos cuatro meses del 2009 y lo que llevamos del 2010 esta apareciendo constantemente en los medios de comunicación, y siempre por fallos, averías y paradas, lo cual resta credibilidad a la teórica seguridad que intentan hacer creer las empresas explotadoras y los políticos regionales.
Los ecologistas fundamentan su rechazo en las negativas repercusiones que tendría el albergar una instalación de semejantes características, máxime cuando estamos asistiendo casi a diario a sucesos e incidentes que no hacen sino confirmar la peligrosidad tanto de las centrales como de los residuos generados en ellas, cuya longevidad constituye el autentico talón de Aquiles de la industria nuclear.
Por lo que respecta a la comarca de Montánchez, la decisión de almacenar en ella toda la basura nuclear generada en España daría al traste con el trabajo que durante muchos años han venido desarrollando tanto asociaciones como mancomunidades en pro del desarrollo turístico de la zona. Asimismo, ni qué decir tiene que los productos con origen en la zona de influencia del almacén serían relegados o ignorados en las cadenas de intermediación para su comercialización, provocando así una importante caída del empleo al no encontrar salida en el mercado.
Por otro lado, se produciría en la zona una canalización de toda la actividad laboral enfocada a dicha instalación, la cual no crearía todos los puestos de trabajo que se prometen, pues una vez finalizada la construcción sería necesaria una mano de obra escasa y especializada que, lógicamente, no sería posible encontrar en la zona.
Por todo ello, Ecologistas Extremadura se suma a la petición hecha por diferentes asociaciones a nivel nacional en el sentido de que antes de encarar el destino definitivo de los residuos radiactivos es preciso diseñar un calendario de cierre escalonado de las inseguras centrales nucleares españolas.
En este sentido, consideran prioritario el cierre de la central nuclear de Almaraz, que en los últimos cuatro meses del 2009 y lo que llevamos del 2010 esta apareciendo constantemente en los medios de comunicación, y siempre por fallos, averías y paradas, lo cual resta credibilidad a la teórica seguridad que intentan hacer creer las empresas explotadoras y los políticos regionales.
Es Curiosa la política de un gobierno que preside un supuesto ecologista. Primero suprime el ministerio de medio ambiente y quita a una ministra muy considerada en el movimiento ecologista, Cristina Narbona. Después da subvenciones millonarias para el contaminante Carbón. Va al pueblo de sus ancestros Alange a apoyar la instalación de una contaminente Refinería, da una declaración de impacto positiva para una central térmica en villa termal de Alange y ahora parece no querer cerrar Almaraz en 2010 como habían prometido.
ResponderEliminarLa guinda del pastel sería que nos pusieran aquí el cementerio nuclear, por lo menos en esto tiene la oposición casi unánime de la población extremeña (menos cuatro de Albalá)