En Ecologistas
Extremadura estamos extremadamente preocupados por la situación de
graves incendios que están ocurriendo en la selva Amazónica, y la
grave irresponsabilidad que muestra ante esta situación el
Presidente Brasileño señor Bolsonaro. Los miembros de esta
asociación se unen y apoyan los miles de actos de protestas que se
están sucediendo para reivindicar que se acabe lo antes posible con
esta situación.
Las repercusiones de esta
emergencia climática afirman que van a ser tan sumamente importantes
como la pérdida de ecosistemas enteros, especies en peligro de
extinción, y además el sufrimiento y destierro de las tribus
indígenas que se verán abocadas a perder su modo y sistema de vida.
Las políticas
ambientales del gobierno de Bolsonaro, o mejor dicho la falta de
ellas, avisan que van a favorecer la especulación con la madera
talada y en segundo lugar que se consigan tierras libres de
obstáculos para el cultivo masivo de soja, principal alimento de las
ganaderías intensivas, propias y de sus importadores del resto del
mundo.
La selva Amazónica con
unas 550 millones de hectáreas, absorbe en la actualidad un 5% del
CO2 del planeta (en la década de los años 90 la cifra era de 2.000
millones de toneladas, actualmente esto se ha reducido a mucho menos
de la mitad) el dióxido de carbono capturado es lo que actuaría
entre otras cosas como freno a los gases que provocan el “efecto
invernadero” y el cambio climático. En el periodo 2015-2016 ya
ardieron casi un millón de hectáreas de bosque en esta zona, esto
no solo supone que se deja absorber gases de efecto invernadero, si
no que se emite a las atmósfera una cantidad importantísima de CO2.
Durante lo que va del año 2019 los incendios forestales en la parte
Brasileña de la selva han aumentado un 83% con respecto a todo el
año 2018. Las principales causas que provocan estos incendios
masivos localizados en muchos puntos de la selva al mismo tiempo
(desde enero a agosto de 2019 se han detectado 72.843 incendios) son:
la sequedad general, la muerte de plantas, la densidad de la selva,
el cambio de temperatura imperante y la mano de desaprensivos que
provocando intencionadamente los incendios solo buscan deforestar
para obtener terrenos de cultivo para principalmente la Soja. El buen
estado de la selva amazónica contribuye de forma determinante a la
regulación del clima mundial a través de la evaporación de agua
que sube a la atmósfera con la importante función de la producción
de lluvias.
La expansión
agropecuaria y los incendios de la selva amazónica están ligados en
un binomio inseparable, y en el momento actual a esto además se une
las políticas retrógradas de Bolsonaro, que en un principio ha
tenido la osadía de acusar a las ONGS Conservacionistas y Ecologista
que trabajan en la zona como los causantes de los incendios. La
llegada de Bolsonaro al poder ha supuesto según informa el Instituto
Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil un 83% más de lo
que ocurrió en 2018.
La producción de carne
en granjas intensivas implica mayores emisiones contaminantes, por lo
cual el daño con lo que está ocurriendo en Brasil y el resto de los
países afectados es doble, ya que no solo se va dejar de eliminar el
5% CO2 si no que al mismo tiempo con la mayor producción de soja,
alimento base de este tipo de ganaderías intensivas que añaden gas
metano a la atmósfera, va a suponer un mayor agravio para favorecer
el cambio el climático.
Desde esta Asociación se recomienda reducir el consumo de carne, y sobre todo aquella procedente del modelo de producción intensiva que utiliza la soja cultivada en el amazonas deforestado y está favoreciendo el cambio climático. Además de provocar un consumo de agua excesiva, agotando recursos naturales de modo inequívoco. También afirman que se debería hacer un boicot a la soja brasileña mientras Bolsonaro deje que los que queman la selva para enriquecerse permanezcan impunes. instan al gobierno de España para que se posicione y alinee junto a los países europeos que han decidido boicotear el acuerdo comercial “Mercosur” (recientemente aprobado el 28 de junio de 2019) si la situación de la deforestación amazónica persiste, y donde los temas agropecuarios son determinantes, ya que Brasil va a obtener pingües beneficios con la venta de su soja, y de carne para consumo humano procedente de sus ganaderías intensivas para toda Europa.