Diversas asociaciones piden se suprima la recogida de cadáveres de animales muertos en explotaciones extensivas, en la línea de lo aprobado el pasado viernes 24 de Abril en el Parlamento europeo, para permitir a los buitres alimentarse y mejorar la viabilidad económica de las explotaciones ganaderas.
Buitre leonado como el aparecido en pleno centro de la ciudad de Cáceres y en un bloque de pisos de Fuente del Maestre
No se puede seguir así
En los dos últimos años, ha habido múltiples reuniones para debatir el asunto de la recogida de cadáveres animales, los gastos y problemas que supone, la carga que representa para los ganaderos, el desastre para muchas aves rapaces y para distintos mamíferos silvestres, etc. Podríamos citar, por ejemplo, el seminario organizado por FIDA y la Comunidad de Madrid y la Fundación Amigos del Águila Imperial en el Museo de Ciencias Naturales en 2007 (“/Impacto de la eliminación de los despojos ganaderos y cinegéticos sobre las especies protegidas/”), la Jornada sobre “/Buitre y Ganadería/” organizada por la Comunidad Valenciana en Morella (Castellón) en 2008, la reunión del Grupo Buitre en los Pirineos franceses en 2009, y otros congresos. Dos encuentros han sido particularmente prolongados y numerosos, con participación de especialistas de toda España y de otros países como Portugal o Francia, y han producido unas amplias conclusiones unánimes del máximo interés: las /III Jornadas sobre Buitres/ organizadas por la UNED en Plasencia (Cáceres) en 2007, y el /I Encuentro Nacional sobre Manejo de Rapaces Necrófagas y Gestión de Muladares/, organizado por la Asociación Caralluma en Caravaca (Murcia) en 2008. Las conclusiones de ambos, traducidas al inglés y al francés, han tenido amplia repercusión en al menos unos trescientos medios de comunicación de todo tipo (Prensa, radio, Internet, y televisión). De hecho, hasta el boletín de la prestigiosa Raptor Research Foundation, de Estados Unidos, les ha dedicado cuatro páginas completas, creemos que mucho más de lo quehabían dedicado anteriormente a cualquier tema de España, lo que también refleja la preocupación internacional que existe.
Tal como distintos estudiosos pusieron de manifiesto en dichas reuniones, el actual sistema de retirada de cadáveres no puede mantenerse a largo plazo. No es sostenible un sistema en el que cuesta varias veces más destruir una oveja muerta que comprarla viva; y encima, este coste, que podría elevarse en España a unos 150 millones de euros anuales según las estimaciones publicadas, carga sobre los ganaderos y los contribuyentes, consume grandes cantidades de combustible fósil a pesar de la crisis del petróleo que se avecina, es muy contaminante, y crea un problema sanitario real para prevenir un riesgo a menudo inexistente. ¿Por qué ciertas autonomías parecen obstinarse en mantenerlo, habiendo nueva legislación europea y nacional que debería permitir la vuelta (o el comienzo de la misma) a unos métodos más parecidos a los tradicionales, que han mostrado su eficacia durante siglos?
Lo que está en juego no es solamente la supervivencia de los buitres y de los osos (éstos, donde aún los hay), sino también de la propia ganadería extensiva, y de todo el sistema tradicional del campo.
Los buitres son el método más natural, barato, sencillo, higiénico y hermoso para reciclar los animales muertos. Aquí no parecemos darnos cuenta de que la situación mundial de estas aves es, sin duda, la peor de la historia. Los buitres son los vertebrados silvestres europeos que se reproducen más despacio. El declive sin precedentes que han sufrido, en una o dos décadas o poco más, en tantos países (de Europa, de Asia, y de África), puede pasar también en España, donde sobreviven las mejores poblaciones del continente. Hay síntomas de que el desastre ya puede estar empezando a ocurrir, al menos en gran parte del norte y del este peninsular. En este sentido, no deben despreciarse los datos del Refugio de Montejo y su entorno (en Segovia, junto a Burgos y Soria), cuya población, una de las mayores del mundo, es también la más estudiada, y a menudo ha servido de termómetro para detectar pronto tendencias mucho más generales.
En los dos últimos años, ha habido múltiples reuniones para debatir el asunto de la recogida de cadáveres animales, los gastos y problemas que supone, la carga que representa para los ganaderos, el desastre para muchas aves rapaces y para distintos mamíferos silvestres, etc. Podríamos citar, por ejemplo, el seminario organizado por FIDA y la Comunidad de Madrid y la Fundación Amigos del Águila Imperial en el Museo de Ciencias Naturales en 2007 (“/Impacto de la eliminación de los despojos ganaderos y cinegéticos sobre las especies protegidas/”), la Jornada sobre “/Buitre y Ganadería/” organizada por la Comunidad Valenciana en Morella (Castellón) en 2008, la reunión del Grupo Buitre en los Pirineos franceses en 2009, y otros congresos. Dos encuentros han sido particularmente prolongados y numerosos, con participación de especialistas de toda España y de otros países como Portugal o Francia, y han producido unas amplias conclusiones unánimes del máximo interés: las /III Jornadas sobre Buitres/ organizadas por la UNED en Plasencia (Cáceres) en 2007, y el /I Encuentro Nacional sobre Manejo de Rapaces Necrófagas y Gestión de Muladares/, organizado por la Asociación Caralluma en Caravaca (Murcia) en 2008. Las conclusiones de ambos, traducidas al inglés y al francés, han tenido amplia repercusión en al menos unos trescientos medios de comunicación de todo tipo (Prensa, radio, Internet, y televisión). De hecho, hasta el boletín de la prestigiosa Raptor Research Foundation, de Estados Unidos, les ha dedicado cuatro páginas completas, creemos que mucho más de lo quehabían dedicado anteriormente a cualquier tema de España, lo que también refleja la preocupación internacional que existe.
Tal como distintos estudiosos pusieron de manifiesto en dichas reuniones, el actual sistema de retirada de cadáveres no puede mantenerse a largo plazo. No es sostenible un sistema en el que cuesta varias veces más destruir una oveja muerta que comprarla viva; y encima, este coste, que podría elevarse en España a unos 150 millones de euros anuales según las estimaciones publicadas, carga sobre los ganaderos y los contribuyentes, consume grandes cantidades de combustible fósil a pesar de la crisis del petróleo que se avecina, es muy contaminante, y crea un problema sanitario real para prevenir un riesgo a menudo inexistente. ¿Por qué ciertas autonomías parecen obstinarse en mantenerlo, habiendo nueva legislación europea y nacional que debería permitir la vuelta (o el comienzo de la misma) a unos métodos más parecidos a los tradicionales, que han mostrado su eficacia durante siglos?
Lo que está en juego no es solamente la supervivencia de los buitres y de los osos (éstos, donde aún los hay), sino también de la propia ganadería extensiva, y de todo el sistema tradicional del campo.
Los buitres son el método más natural, barato, sencillo, higiénico y hermoso para reciclar los animales muertos. Aquí no parecemos darnos cuenta de que la situación mundial de estas aves es, sin duda, la peor de la historia. Los buitres son los vertebrados silvestres europeos que se reproducen más despacio. El declive sin precedentes que han sufrido, en una o dos décadas o poco más, en tantos países (de Europa, de Asia, y de África), puede pasar también en España, donde sobreviven las mejores poblaciones del continente. Hay síntomas de que el desastre ya puede estar empezando a ocurrir, al menos en gran parte del norte y del este peninsular. En este sentido, no deben despreciarse los datos del Refugio de Montejo y su entorno (en Segovia, junto a Burgos y Soria), cuya población, una de las mayores del mundo, es también la más estudiada, y a menudo ha servido de termómetro para detectar pronto tendencias mucho más generales.
Numerosos buitres negros acuden a vertederos como el de Cáceres a alimentarse ante la escasez de cadáveres en el campo
Es de justicia reconocer el gran esfuerzo desarrollado por bastantes entidades y personas, cuya relación sería muy larga. Sin embargo, duele constatar que todo este trabajo positivo no es suficiente.
Aún estamos a tiempo de solucionar la situación, pero seguramente no nos queda mucho tiempo. Si no se pone remedio pronto, recuperar las poblaciones de aves carroñeras será después muchísimo más caro y difícil, si es que todavía resulta posible.
Aún estamos a tiempo de solucionar la situación, pero seguramente no nos queda mucho tiempo. Si no se pone remedio pronto, recuperar las poblaciones de aves carroñeras será después muchísimo más caro y difícil, si es que todavía resulta posible.
Colectivos que suscriben este comunicado:
Asociación Caralluma (Murcia)
Fondo Amigos del Buitre (FAB) (Huesca)
Colectivo Azálvaro (Segovia)
Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza
Izate Asociación Medioambiental (País Vasco)
Saiak (Francia)
Sociedad Zoológica de Extremadura
URSUS, investigacio i conservacio de la fauna salvatge (Barcelona)
Plataforma Salvemos los Buitres (Barcelona)
APAFMA-Segovia (Asociación Profesional de Agentes Forestales y Medioambientales de Segovia)
Equipo Triacanthos (Aragón)
ÁNSAR (Aragón)
COCN (Colectivo Ornitológico Cigüeña Negra) (Cádiz)
Comité de los Congresos Internacionales sobre Aves Carroñeras. (I)Priego- (II) Solán de Cabras y (III) Guadalajara.
Ecologistas Extremadura
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2 comentarios:
Muy acertada la petición de los grupos ecologistas y que además de no costar dinero ayudaría a nuestras aves. Esperemos que cuanto antes se vuelva a permitir abandonar los cadáveres de nuestras reses muertas como es lo natural y más lógico.
Soy ganadero tengo mi ganado en una sierra y es costosísimo además de muy complicado recoger los animales muertos, incluso tengo algunos de los animales son trozos de huesos cuando los encuentro. En estas zonas de alta montaña no tiene sentido esta recogida de cadáveres.
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