La vía afectada es la Cañada Real Trujillana, y para llevar a cabo dicha obra se empleó maquinaria pesada tal como una vibradora-compactadora y una maquina niveladora. El resultado ha sido el encementado de un buen tramo de la vía pecuaria y una notable alteración del entorno.
Ecologistas Extremadura se halla ante el dilema de presentar o no denuncia ante la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente debido a que, paradójicamente, los expedientes sancionadores los debería resolver la misma Consejería que ha generado el impacto. Asimismo, manifiestan las dificultades que hallan para acabar con la situación de desamparo a que se ve sometido nuestro medio ambiente frente a las recurrentes agresiones que contra el mismo perpetra la Junta de Extremadura con un dinero público que, irónicamente, debería destinarse a preservar nuestra valiosa naturaleza.
Por otra parte, consideran lamentable que este tipo de obras se ejecute con maquinaria pesada en lugar de recurrir a trabajos manuales que, sin duda, se traducirían en un menor impacto ambiental y una repercusión positiva en el entorno social bajando las listas del paro.
La organización ecologista pone en duda que realmente fuera necesario el “arreglo” de una vía perfectamente apta para el senderismo o la bicicleta. Ahora, en cambio, la han vuelto accesible precisamente a quienes no debían circular por ella: cazadores más o menos furtivos, pirómanos, todoterrenos, motoristas y quads; a todos ellos se les ha hecho un impagable favor para que amplíen e intensifiquen su macabra tarea de aniquilación de la fauna y destrucción del entorno.
Para el colectivo conservacionista es sumamente negativo -especialmente dentro de un Parque Nacional-, el impacto visual que causa este camino, antes muy integrado y que ahora destaca a kilómetros de distancia. Consideran que se ha abusado del cemento, dicho material con el paso del tiempo irá pasando a los arroyos, y además cubre parte de la superficie, impidiendo que se desarrolle la vegetación necesaria para alimentar al ganado que transite por esta –no lo olvidemos- vía pecuaria en el futuro.
Desde esta organización opinan que la Junta de Extremadura debería potenciar el ejercicio de la trashumancia, especialmente en lugares como Monfragüe y su entorno, donde existe sobrecarga ganadera que se mantiene a base de piensos, y que conlleva en verano un ramoneo excesivo que daña la vegetación. Para los ecologistas, una gestión más sostenible y un mejor aprovechamiento de los recursos sería posible si el ganado emigrara a latitudes norteñas con más pastos en esas épocas, tal y como se ha hecho durante siglos.
Por desgracia, éstas no parecen ser estas las intenciones de los actuales gestores del parque, más interesados en las grandes obras y el cemento. Lamentan que este sea la tónica en las actuaciones en el Monfragüe, que una tras otra va sumando continuas agresiones: recuerdan el asfaltado de la subida al castillo, el asfaltado-encementado de la Fuente del Francés y de la aliseda de la Fuente de los Tres Caños, encementado del arroyo Malvecino con tala de Alisos en la ruta del Cerro Gimio, así como los últimos y lamentables destrozos ocasionados en las Corchuelas, denunciados por la Plataforma Ciudadana por una Gestión Digna de Monfragüe y que también han generado gran indignación y preocupación en esta asociación ecologista.
Por todo lo anterior, y como primera medida para acabar con esta serie de funestas actuaciones, Ecologistas Extremadura considera que el actual director del Parque Nacional debería ser cesado inmediatamente en su cargo y que éste lo ocupara una persona con mayor preparación y sensibilidad ambiental.