El pasado sábado 27 de febrero tuvo lugar en Plasencia la asamblea de socios de Ecologistas Extremadura. En el transcurso de la misma se trató una gran variedad de asuntos, entre los que destacan la preocupación por el empobrecimiento progresivo del medio ambiente en Extremadura. Los miembros de la asociación criticaron abiertamente la nefasta gestión que se viene haciendo tanto del Parque Nacional de Monfragüe y como de los demás espacios naturales protegidos y de los humedales naturales de la región.
También hubo unanimidad a la hora de criticar la tibieza que muestra la Junta de Extremadura ante la multitud de agresiones que sufre nuestra región, como son la central nuclear de Almaraz y sus continuos incidentes, en este sentido es generalizada en este colectivo la preocupación por lo que pueda pasar si se permite funcionar la central nuclear más allá de Junio de 2010 cuando acaba su licencia de actividad vigente.
Hay preocupación entre los ecologistas por los múltiples proyectos contaminantes, como las térmicas proyectadas en la comarca de Mérida y, últimamente, la candidatura de Albalá para la instalación del cementerio radiactivo.
La actitud pasiva en la defensa de nuestro medio ambiente, sin embargo, lamentan que se transforme en otra de absoluta diligencia se trata del proyecto de refinería en Tierra de Barros en el que la Junta, en lugar de ejercer de árbitro, consideran que ha actuado con total parcialidad al constituirse desde el principio en parte interesada al erigirse en defensora de los intereses particulares de un empresario, por muy lesivos que éstos fueran para el resto de la ciudadanía.
En el transcurso de la asamblea se acordó, asimismo, que Ecologistas Extremadura se personase en diferentes causas judiciales en la línea de trabajo llevada a cabo hasta ahora: hay que recordar que desde esta asociación y durante los últimos años se han denunciado numerosas construcciones ilegales en las comarcas de la Vera, la Serena, la Sierra de San Pedro y el Valle del Ambroz, todas ellas, según sus datos levantadas sin autorización alguna con el más absoluto desprecio de la legalidad en espacios naturales protegidos y avisan que piensan continuar en esta línea hasta que se ponga fin al caos urbanístico en el medio rural que reina en Extremadura y que conlleva graves repercusiones medioambientales.
En otro orden de cosas, se acordó proseguir la campaña contra la política de grandes infraestructuras públicas, como por ejemplo la autovía que pretende cruzar la Sierra de San Pedro.
Por último, y por unanimidad, se aprobó una moción para solicitar la creación urgente de una Consejería de Medio Ambiente, pues consideran abyecto e indigno que una región con la riqueza natural de Extremadura no disponga de ella para poner coto a tanto desmán. En este sentido, consideran que la actual adscripción de Medio Ambiente a la Consejería de Industria, Energía no es sino una forma de devaluar el magnífico patrimonio natural de nuestra tierra, y prueba inequívoca del sentir de los actuales responsables políticos para quienes, al parecer, la naturaleza es algo secundario y prescindible, y que lo que realmente cuenta es el asfalto, el hormigón, los grandes impactos ambientales y las industrias peligrosas y contaminantes que ya no quieren en ningún sitio.
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