En los meses septiembre a noviembre se vienen sufriendo unos graves episodios de contaminación atmosférica en el área de los regadíos de las Vegas Altas y Bajas del Guadiana, por la combustión de los restos de las cosechas de tomate (como está sucediendo ahora en el mes de septiembre), y como sucederá con las de maíz y arroz (en octubre y noviembre, como sucede todos los años ante la no actuación de ninguna administración pública). Estos restos de las cosechas no se empacan para el aprovechamiento del ganado (como sí se hace con la paja del trigo por ejemplo), ni se transporta a centrales de biomasa próximas (en Miajadas, por ejemplo) para producir electricidad y reducir con ello la emisión de CO2 de centrales no sostenibles. Se trata de una enorme cantidad de materia orgánica desaprovechada que crea una grave contaminación atmosférica. Ninguna administración se preocupa de pararlo. Esta asociación entiende que puede ser un daño importante para las vías respiratorias de los habitantes de los municipios afectados, por lo que piden se evalúe además la calidad del aire. Además, puede suponer un grave riesgo para la conducción pues muchos incendios se producen próximos a vías con alto nivel de tráfico.
El pasado año 2019 esta asociación denunció los hechos a varias consejerías de la Junta de Extremadura: la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad y la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio. Solo hubo respuesta de ésta última, asegurando que esas quemas estaban permitidas por razones de plagas. Pero los ecologistas creen que no es del todo cierto, pues no aportaban análisis con un mínimo rigor técnico y porque además es algo generalizado en varios tipos de cultivos, como se comprueba este año también con los restos del cultivo del tomate.
En Ecologistas Extremadura se reciben quejas y solicitudes de ayuda de personas de los municipios afectados, Don Benito, Miajadas, Villanueva de la Serena, Badajoz, etc.; algunas, peticiones desesperadas de personas con problemas de salud que se ven completamente indefensas tras denunciarlo a la Guardia Civil, o sus ayuntamientos y no se actúa. Así pues también se presentó escrito en 2019 a la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales sin recibir respuesta.
La asociación presentó asimismo el pasado octubre de 2019 denuncia ante la Fiscalía de Medioambiente ya que consideran que algunas de estas inacciones podrían ser constitutivas de delito.
Tras aquellas denuncias infructuosas, y tras comprobar la gravedad de las quemas en este mes de septiembre que mantienen un ambiente de “calima” en todas estas comarcas, que no es tal, sino auténticas “boinas de contaminación por las quemas”, esta asociación ha decidido presentar una denuncia ante la Unión Europea (UE) por incumplimiento de la normativa que como integrante de esta unión de estados, Extremadura está obligada a cumplir. Ecologistas Extremadura argumenta en la denuncia presentada este 11 de septiembre de 2020, que la Junta conculca al menos cuatro de los artículos de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE al no actuar y proteger a la ciudadanía del área más poblada de la comunidad autónoma. Menciona asimismo cuatro directivas europeas que no se respetan con la permisión de las quemas agrícolas generalizadas: de sanidad, viaria, medioambiental y agrícola.
Es inaudito que la Junta de Extremadura desarrolle teóricamente políticas de sostenibilidad mediante la denominada “Estrategia 2030” apostando por la economía “Verde y circular”, al tiempo que evita actuar entre estos gravísimos atentados al medioambiente y la sostenibilidad. Tristemente parece que esa estrategia no supone más que palabras vacías sin una repercusión real y decidida para que los habitantes de Extremadura puedan disponer de un medioambiente sano y de un verdadero desarrollo sostenible.
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