Tras la larga exposición del representante de la Junta de Extremadura sobre el nuevo decreto sobre emergencia cinegética en la comunidad autónoma (que fue casi el tema exclusivo de la reunión por parte de la administración), que continúa indefinidamente las decretadas por los anteriores gobiernos desde el año 2017, el representante de Ecologistas Extremadura propuesto por las asociaciones ecologistas extremeñas expresó que se oponen a dicha declaración de emergencias cinegéticas por supuestas enfermedades y por sobrepoblaciones en determinadas zonas que no son, según las asociaciones más que una forma de dar vía ancha a los cazadores, para cazar en cualquier época del año y vuelven a insistir en su petición de que se respete la parada biológica y les preocupa que ahora, uno de los muchos ejemplos de caza fuera de temporada, se estén cazando machos de ciervo en berrea, que han pedido reiteradamente que no se permita.
El representante ecologista dijo también que se declaran las emergencias cinegéticas, pero no se hace ninguna actuación para subsanar las causas. Preguntó repetidamente a los representantes de la administración de caza, encabezada por el consejero Higuero quien se mostró indignado con las dudas sobre los datos en que se basan para decretar la mencionada emergencia, las Ongs dudan de la eficacia de estas emergencias para controlar patologías, a la vista de los años que se vienen realizando sin que aparentemente cambie la situación sanitaria, que se aduce para declarar la emergencia cinegética.
Las asociaciones expresaron que si se declaran emergencias deben de ser de un tiempo delimitado por razones técnicas objetivas y consideran inaceptable que sea de carácter indefinido por ser dañino sobre la naturaleza y las especies cinegéticas: se influye en las épocas de reproducción de la mayoría de las especies, se caza en aguardos y esperas durante todo el año, lo dicho, manga ancha para saltarse las normas generales. Se expresó que llevamos desde 2017 con emergencia cinegética y que quizás esto debería llamarse ya, normalidad cinegética. El Sr Puebla estuvo en cierto modo de acuerdo al reconocer que quizás no debería denominarse con el término “emergencia”, para las ONGs resulta dudosa la eficacia de estas emergencias, ya que el supuesto problema persiste indefinidamente..
Se habló también sobre el jabalí y el efecto provocado por estar suplementando las poblaciones con alimento; si se busca rebajar los tamaños poblacionales (que es una de las motivaciones para la emergencia) hay que actuar contra esta suplementación y tener en cuenta que una mayor presión cinegética, según varios estudios, provoca que haya mayor número de ejemplares, pero de menor tamaño, por la gran adaptación reproductiva de esta especie. Y además creen que una de las causas puede ser que quedan abandonados cadáveres de jabalíes, además ocultas en ocasiones entre la vegetación, impidiendo la labor sanitaria de las aves carroñeras que evitan la transmisión de estas enfermedades desde cadáveres, esto provoca mayor transmisión de las enfermedades que se intentan erradicar, ya que los propios jabalíes pueden comer de esa carne que puede tener infecciones. En estas últimas apreciaciones hubo varios asistentes que confirmaron y apoyaron lo afirmado por los grupos ecologistas. Para estas organizaciones si se facilita la labor de las aves carroñeras podría disminuir la incidencia de patologías al retirarse más rápidamente los restos de jabalíes.
Aunque no se había hablado de más temas, solo de dos correcciones espaciales puntuales de dos zonas geográficas; las asociaciones ecologistas pusieron sobre la mesa otras materias sobre las que llevan protestando durante años; acabar con la media veda habida cuenta de la mala situación de las dos especies migratorias que la justifican y así respetar el cupo cero en Extremadura para la tórtola europea y prohibir la caza de la codorniz hasta que no salgan ambas especies de las categorías de “vulnerable” y “en peligro”. Se habló de que la vigilancia de las acciones de la tórtola en las actividades de caza supuestamente “científica” que consideran son un fiasco. Desde las organizaciones están preocupadas porque se podría estar incumpliendo la normativa, ya que muchas de estas acciones de caza de tórtolas europeas en Extremadura se están haciendo sin el preceptivo control de los agentes de medio natural, cuyos efectivos están mermados porque no se cubren muchas plazas (38 plazas sin cubrir en la actualidad, pese a estar presupuestadas) y la media veda se produce en una época con riesgo alto de incendios, que dificulta esta posibilidad de control, las ONGs ambientales piden que no se permita disparar a las tórtolas el próximo verano y que se elimine la media veda en Extremadura, desde estas organizaciones ya han detectado al menos un núcleo de tórtola europea que ha desaparecido en estos dos últimos años, lo que consideran inaceptable y digno de ser estudiado.
Nuevamente se solicitó eliminar la posibilidad de que las fincas y propiedades privadas que no quieran formar parte de un coto supuestamente “social”, formen parte de él sin ni siquiera consultar con los propietarios. Y que las gestiones para sacar dichas propiedades de los cotos sociales sean de forma gratuita y sencilla; los ecologistas expusieron que existe un derecho constitucional a la propiedad que se está conculcando.
Las asociaciones ecologistas propusieron asimismo que se cree un órgano consultivo con carácter vinculante que tenga reconocido prestigio y rigor científico (comprobable objetivamente) que informe de la situación de las distintas especies cinegéticas; número de ejemplares con censos rigurosos, para poder determinar con ciertas garantías que se podría cazar, ... Podría ser algún instituto del CSIC o algún equipo universitario con demostrado rigor e independencia, pero no creen aceptables empresas totalmente vinculadas y dependientes del colectivo cinegético, consideran que la actual falta de censos fiables no está permitiendo una gestión sostenible de la caza y de hecho afirman que en la actualidad en algunas especies, por ejemplo la perdiz, la mayoría de ejemplares abatidos proceden de granjas cinegéticas y es una tendencia que va en aumento.
Finalmente las asociaciones solicitaron nuevamente la eliminación de la munición de plomo en Extremadura, tanto por motivos medio ambientales como por los problemas que conlleva para la salud humana y de los propios cazadores, sobre todo teniendo en cuenta las últimas noticias que informan de la retirada de partidas de carne de caza española por parte de Portugal e Italia por estar contaminadas con plomo.
Las asociaciones representadas en el Consejo Regional de Caza fueron:
ADENEX, AMUS, ANSER, DEMA, ECOLOGISTAS EN ACCIÓN EXTREMADURA, ECOLOGISTAS EXTREMADURA,, GRUS Y SOCIEDAD EXTREMEÑA DE ZOOLOGÍA.