Ecologistas en Acción de Extremadura ha presentado recientemente alegaciones contra la propuesta de resolución de Autorización Ambiental Integrada (AAI) para la Siderúrgica Balboa, del grupo industrial Alfonso Gallardo, ubicada en Jerez de los Caballeros, principalmente por la prácticamente nula atención a las alegaciones que también se presentaron en el periodo de información pública del proyecto. En este aspecto, Ecologistas en Acción quiere hacer constar que las sugerencias, quejas o peticiones que se plantean en estos escritos de alegaciones no son simples trámites burocráticos, sino un modo de control que los ciudadanos tienen sobre los intereses particulares de las empresas. Son normalmente estudios de los proyectos presentados y de las condiciones ambientales y sociales de los entornos en que se enclavan, realizados por técnicos independientes y que de forma altruista colaboran con esta Asociación.
En el pasado mes de noviembre se presentó un primer escrito de Alegaciones a la Solicitud de AAI en el que se analizaron problemáticas de las plantas industriales proyectadas sobre el magnífico paisaje de una localidad como Jerez con un enorme potencial turístico, de los vertidos de escorias en zonas con graves deficiencias para su adecuado funcionamiento, que incluso incorporaba un estudio de aguas pluviales erróneo o del ni tan siquiera tratado destino de los polvos de acería -uno de los peores contaminantes que generará la planta-. Otro de los puntos analizados fue la increíble “ausencia de impactos” contra la fauna que se exponía, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de la ZEPA “Dehesas de Jerez”, una de las mayores extensiones de dehesa del mundo, y el L.I.C. “Ardila Alto”.
Pero los puntos más importantes en las Alegaciones a la Propuesta de Resolución de la AAI que ahora se han presentado, que también se mencionaban en aquel primer escrito y que desde esta Asociación consideran no se ha tenido en cuenta por parte de la administración extremeña, están relacionados con los elevadísimos valores de tóxicos contaminantes emitidos por la fábrica, entre los que destacan el hexaclorobenceno. En este punto hay que recordar un informe de 2004 de la Comisión Europea, en el que la empresa A.G. Siderúrgica Balboa figuraba entre las diez empresas españolas que a su vez lo hacían en la lista de compañías más contaminantes de la UE, según dicho estudio que analizaba los 50 principales emisores de tóxicos. En él se advertía que Siderúrgica Balboa era la responsable del 25,2% de las emisiones de hexaclorobenceno de nuestro país, cuantía que ni tan siquiera preocupó mínimamente a nuestros gobernantes. Estas cifras son extremadamente graves por cuanto, como aseguran instituciones como la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) esta sustancia es posiblemente carcinogénica en seres humanos.
La asociación ecologista hace en este aspecto tres peticiones destacadas; la primera, que se realicen de forma sistemática y habitual mediciones de vertidos y emisiones atmosféricas con acceso en tiempo real (vía web) por parte de los ciudadanos para garantizar el cumplimento de la ley y su fácil comprobación por parte de los agentes de la autoridad y los ciudadanos interesados, para poder adoptar las medidas necesarias en caso de que se produzcan emisiones puntuales o repetitivas de sustancias que perjudiquen el medio ambiente o la salud de las personas que residen en el entorno. Les parece importante resaltar que en todo caso este tipo de controles deben ser financiados por la empresa y su control realizado por técnicos de la administración (con cargo a la empresa).
La segunda, que se realice un estudio epidemiológico en la población de Jerez de los Caballeros y próximas, así como en el personal laboral de la fábrica, a fin comprobar la existencia o no del problema; también proponen la realización de un muestreo bien distribuido sobre suelos de la comarca, vegetación, ganado y sobre alimentos frescos, curados y de cualquier otro tipo.
La tercera de las peticiones realizadas es que atendiendo al principio de precaución, si se autoriza esta actividad y hasta que no se demuestre su inocuidad, lo que requeriría estudios minuciosos con garantía de independencia, se excluya al entorno de la planta en un radio lo suficientemente amplio (al menos 20 kms. de radio), de las distintas denominaciones de Origen, como la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura, así como en las áreas productoras de Agricultura Ecológica de nuestra región, por la imagen negativa y el fraude que podría suponer para los productores y consumidores respectivamente. Además, consideran que la empresa debería compensar las pérdidas económicas que se produciría a estos productores.
Ecologistas en Acción de Extremadura consideran que desde la Junta de Extremadura no se respeta el derecho de los ciudadanos a disponer de un medioambiente saludable, y del derecho al acceso a la información ambiental, anteponiédose a estos derechos un modelo de desarrollo industrial poco respetuoso con el medio ambiente.
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