Ecologistas en Acción de Extremadura muestra su preocupación ante las emisiones radiactivas de la central nuclear, especialmente durante las paradas y ante la merma en las condiciones de seguridad en la nueva recarga, les preocupa especialmente que la empresa explotadora esté anteponiendo los intereses económicos a la seguridad y la salud de los ciudadanos, parece que con la connivencia del CSN.
En este sentido llaman la atención el cómo se han reducido el número de paradas para realizar revisiones de sistemas y mantenimiento (antes cada año, y ahora cada 18 meses), así como el número de trabajadores de la central, precisamente cuando la instalación atómica acumula más años de uso y por tanto se hacen más necesarias las revisiones y controles.
Critican cómo desde la dirección de la central se intenta recortar al máximo el tiempo empleado en la recarga primando a los trabajadores si se acaba antes, lo que puede suponer un riesgo añadido por las prisas. Asimismo, piden que se investigue por qué se esté obligando a algunos trabajadores, especialmente a los de las subcontratas, a hacer horas extras e incluso turnos de 12 horas, lo que consideran una temeridad y una merma en los derechos de los trabajadores, que no parece importar mucho a Miguel Bernal Secretario regional de UGT, que en bochornosas declaraciones aboga por la implantación de industrias contaminantes como la refinería o en mantener abierta la central nuclear, para mayor beneficio de sus propietarios.
Frente a esta retórica demagógica, Ecologistas en Acción de Extremadura manifiesta que no cree en los empleos a cualquier precio. No por lo menos a costa de la salud de miles de ciudadanos y trabajadores.
Solicitan que, por parte de inspección de trabajo, se revisen los sueldos y las dosis radioactivas que reciben los trabajadores participantes en la recarga; denuncian que la central nuclear de Almaraz oculta las elevadas dosis diarias que reciben quienes entran en las zonas con más radioactividad diluyéndolos entre la totalidad de los trabajadores, facilitando los datos de radiación del conjunto de la plantilla e incluyendo los de las oficinas, sin especificar aquellos que reciben las mayores dosis radioactivas.
Como prueba de los problemas de seguridad recuerdan que en la última recarga de combustible del grupo I en 2005, se saldó con nuevos incidentes, así cuando la unidad I realizaba los preparativos previos al arranque, se detectó una fuga de cerca de 1000 l\h de líquido de componentes esenciales (circuito secundario de refrigeración) por el deterioro de una tubería enterrada, debido a la corrosión y envejecimiento.
El día 21 de Abril de 2005 y cuando la unidad I seguía realizando los preparativos previos al arranque, se detectó otra fuga de agua dentro de contención y proveniente de una válvula del circuito primario ( lazo 1 ) que se desmontó para su mantenimiento y se había montado al revés, este grave error humano al instalar al revés una válvula del circuito primario, que es el que refrigera el reactor nuclear, produjo una fuga de líquido radioactivo en la zona de contención, la contaminación radioactiva fue importante y trabajadores con equipos autónomos de respiración y de máxima protección radiológica tuvieron que entrar a intentar detener la fuga.
Estos dos incidentes demuestran que ha habido negligencia y que han fallado los controles de supervisión de los trabajos de mantenimiento, realizados por trabajadores con un bajo perfil profesional o presionados por los responsables de la central nuclear, cuyo interés prioritario parece ser volver a vender energía lo antes posible.
Desde Ecologistas en Acción de Extremadura recuerdan que la central nuclear emite radioactividad, y que incluso hay unos niveles legalmente permitidos que no se ha demostrado que sean inocuos. Estas emisiones se suelen incrementar durante y después del proceso de recarga con el fin de evitar el incremento de los niveles de gases radioactivos en el interior de la central, por lo que consideran que deberían aumentar los controles de emisiones radioactivas; estos controles deberían ser públicos y fácilmente accesibles para los ciudadanos en tiempo real.
Ecologistas en Acción de Extremadura critica la permisividad del CSN y considera que por parte de este organismo no se debería autorizar ninguna emisión de gases radioactivos a la atmósfera ni de líquidos radioactivos al embalse de Arrocampo como se está haciendo en la actualidad, y se pregunta por qué no se ponen en conocimiento del público en general tales autorizaciones.
Ante la nueva recarga de combustible Ecologistas en Acción de Extremadura vuelve a pedir el cierre de la Central Nuclear de Almaraz.
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