Ecologistas Extremadura desea mostrar públicamente su solidaridad con el acto de protesta que llevó a cabo el pasado viernes Máximo García al encadenarse a la puerta de entrada de la instalación atómica, así como manifestar su total apoyo al conjunto de afectados en la comarca por radiación de origen nuclear.
En segundo lugar, muestra su decepción por el triste papel que en el proceso de renovación de la licencia de funcionamiento de la central han desempeñado los dos partidos con representación en la Asamblea Regional, PP y PSOE. A juicio de los ecologistas, el partido en el poder se ha olvidado bien pronto de su promesa de cerrar Almaraz en 2010 y ha cedido ante el todopoderoso sector eléctrico, que parece mandar más que el propio Gobierno.
Subrayan asimismo la vergonzosa contradicción en que han incurrido ambas formaciones políticas al luchar a capa y espada contra el cementerio nuclear y, sin embargo, mirar para otro lado cuando de la central nuclear se trata.
Por lo que respecta al dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear, Ecologistas Extremadura considera que dicho organismo no es el agente idóneo para dictaminar si Almaraz debe continuar o no, ya que por mucho que pretenda apabullar con estudios y datos, el CSN ha demostrado sobradamente a lo largo de su dilatada trayectoria que sabe actuar como juez y parte en el proceso. Además, los límites y recomendaciones que aparecen en su informe no solucionan el grave problema de fondo que es la seguridad, especialmente en lo referente a la refrigeración de los reactores.
Los ecologistas creen que, en caso de ser autorizada por el Ministerio de Industria, una prórroga de otros diez años en la vida de una central nuclear exhausta sería, a buen seguro, la peor noticia con que nos podrían dar a los extremeños y una losa para el desarrollo y la seguridad de la región y los ciudadanos que viven en ella.
Por lo que respecta al dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear, Ecologistas Extremadura considera que dicho organismo no es el agente idóneo para dictaminar si Almaraz debe continuar o no, ya que por mucho que pretenda apabullar con estudios y datos, el CSN ha demostrado sobradamente a lo largo de su dilatada trayectoria que sabe actuar como juez y parte en el proceso. Además, los límites y recomendaciones que aparecen en su informe no solucionan el grave problema de fondo que es la seguridad, especialmente en lo referente a la refrigeración de los reactores.
Los ecologistas creen que, en caso de ser autorizada por el Ministerio de Industria, una prórroga de otros diez años en la vida de una central nuclear exhausta sería, a buen seguro, la peor noticia con que nos podrían dar a los extremeños y una losa para el desarrollo y la seguridad de la región y los ciudadanos que viven en ella.