sábado, 12 de noviembre de 2005

Extremadura sufrirá los impactos del PEIT


Para Ecologistas en Acción de Extremadura, el criterio principal utilizado para el diseño del PEIT (Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte), esto es, autovía y AVE, además del previsto incremento en aeropuertos y puertos, significará unos graves impactos para la totalidad del territorio del Estado español, y en concreto para Extremadura.

El 45% del abultado presupuesto del PEIT se va a emplear en construir 6.000 kilómetros de autovías y 9.000 km de AVE, algo que, a juicio de esta asociación, no tiene justificación ambiental, social, territorial ni económica. Sin embargo, los impactos ambientales y territoriales serán enormes.

Desde el punto de vista ambiental, las infraestructuras lineales como las autovías y el AVE son las más dañinas para el territorio, ocupando los terrenos más útiles para otros usos como la agricultura, y fragmentando fuertemente el territorio. Pero, además, el transporte por carretera y la alta velocidad ferroviaria son dos grandes despilfarradores de energía, por lo que contribuirán mucho a empeorar la situación con respecto a las emisiones de CO2. Es decir, en el PEIT se fomentan más, precisamente, aquellos medios que más contribuyen al cambio climático, en lugar de ponerles coto.

Es tan grande el número de autovías y kilómetros de alta velocidad ferroviaria que no existe ninguna provincia ni región que no se vea afectada por este Plan de infraestructuras claramente hipertrófico en lo referido a la construcción de nuevas infraestructuras. Además, desde un punto de vista económico, la mayor parte de las infraestructuras planteadas no tienen justificación ni racionalidad desde una estricta óptica económica y de transporte, sin entrar en otras consideraciones. Así, por ejemplo, la casi totalidad de las nuevas autovías previstas en el PEIT se construirán en itinerarios que no alcanzan los 5.000 vehículos por día, cuando los manuales de ingeniería del transporte señalan como razonable el desdoblamiento de una carretera a partir de los 10-15.000 vehículos día.

Así, por ejemplo, en la comunidad de Extremadura, alguna de las obras previstas más impactantes serían el AVE Madrid-Lisboa y las Autovías Mérida-Puertollano, Cáceres-Trujillo, Badajoz-Zafra, Zafra-Córdoba y Zafra-Huelva.

Pretender que gracias a que haya autovías en todas las capitales de provincia llegará el desarrollo a todas partes y se reequilibrará el territorio es una quimera que, desgraciadamente, la realidad desmiente. Efectivamente, son muchos los estudios que demuestran que no existe un vínculo automático entre la construcción de infraestructuras y el desarrollo económico -alguno de los más relevantes y conocidos es el realizado por SACTRA, un grupo de expertos que asesora al Gobierno británico en su política de infraestructuras-. Es más, estos estudios concluyen que cuando una infraestructura de alta capacidad une dos extremos, uno más desarrollado con otro con un menor desarrollo, el efecto que se produce es de succión de recursos por parte del extremo más rico, pudiendo tener pérdidas netas el de menor desarrollo.

El PEIT en sus términos actuales tampoco resiste un mínimo análisis en cuanto a la rentabilidad social de las inversiones. Baste decir que el presupuesto total, 248.892 millones de euros, equivale a 7.300 millones de pesetas diarios durante sus 15 años de vigencia. Esta cantidad permitiría, por ejemplo, construir un gran hospital cada dos días. Dado que los recursos públicos son escasos y que si se emplean en un ámbito no están disponibles para otro, no es demagógico plantearse: ¿qué es preferible, tardar una hora menos en un trayecto en tren (pagando tres veces más por el billete, que es la proporción que existe entre los trenes convencionales y el AVE) o esperar varios meses menos para una intervención quirúrgica?

Obviamente todos los extremeños tenemos derecho a satisfacer adecuadamente nuestras necesidades de movilidad. Pero esto no quiere decir que tenga que ser con autovías y AVE para todos. Países con más población que nosotros y un mayor nivel de desarrollo así lo demuestran: por ejemplo, Reino Unido tiene 3.546 km de autovías y autopistas, frente a los 11.200 km que tenemos en España.

Unas carreteras seguras y bien mantenidas, con una dimensión adecuada a su demanda, un ferrocarril basado en una mejora sustancial de las líneas existentes, unos buenos servicios de transporte por carretera y ferrocarril... serían algunos de los aspectos que, para Ecologistas en Acción de Extremadura, debería haber asumido el PEIT. Sin embargo, este Plan ha optado por un desarrollo brutal de infraestructuras, disfrazado de equilibrio territorial, que sólo beneficiará a las grandes empresas constructoras y empeorará aún más la ya mala sostenibilidad ambiental, social y económica del transporte en España.

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